Pilar A. Hrimati

Gangaji

Cuando somos capaces de reconocer que el alma madura de forma natural y, a veces con dolor, podemos estar más dispuestos a abrirnos a lo que estamos sintiendo. Podemos detener nuestro proceso de auto-protección y, en lugar de eso,  auto-indagar. Si no nos resistimos a lo que se sea que estemos experimentando, encontramos  la dulzura subyacente de la vida hasta en las más amargas situaciones.